Relación entre la evolución de los ingresos fiscales y el crecimiento económico

Relación entre la evolución de los ingresos fiscales y el crecimiento económico

Para comprender la relación entre la evolución de los ingresos fiscales y el crecimiento económico debemos analizar tres posibles variables: la composición del crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), la composición de los ingresos fiscales y los cambios en los mecanismos de recaudación de ingresos.

Comencemos por la composición del crecimiento económico y el Producto Interno Bruto (PIB). Lo primero que debemos advertir es que no siempre un mayor crecimiento del PIB se verá reflejado necesariamente en una mayor recaudación de ingresos tributarios.

Para entender este comportamiento divergente, debemos analizar cuáles son las fuentes de crecimiento.

Por ejemplo, si se impulsa fuertemente un programa de sustitución de importaciones y, en consecuencia, las importaciones disminuyen, en igualdad de condiciones, el PIB podría aumentar debido a las mayores exportaciones netas. Sin embargo, los ingresos recaudados por los derechos aduaneros de importación disminuirán.

En segundo lugar, debemos analizar la composición de la mezcla tributaria. Es decir, cómo está diseñado el sistema tributario y qué incidencia relativa tienen en la recaudación los impuestos indirectos respecto de los directos.

Como señalamos previamente (GONZÁLEZ CAO, 2023, "Nociones básicas de desempeño fiscal") no alcanza con analizar la recaudación tributaria agregada como un todo porque está compuesta por un amplio catálogo de impuestos con diferentes bases, tasas y reglas de exención.

En algunos casos, el vínculo con el PIB es claro. Por ejemplo, un impuesto de base amplia sobre el consumo interno final como el IVA tendrá un vínculo directo con el consumo privado agregado, uno de los componentes clave del PIB.

Sin embargo, cuando analizamos más a fondo encontramos, al menos, tres de estos aspectos que pueden generar divergencias entre el crecimiento del PIB y el crecimiento de los ingresos fiscales.

Lo primero que debemos analizar son las características del "buen impuesto" que identificamos previamente (GONZÁLEZ CAO, 2023, "Mejores impuestos para mejores tiempos: el buen impuesto").

Entre dichas características pondremos el foco en la progresividad relacionada con la equidad. Cuando las tasas impositivas son progresivas, varían según el nivel de ingresos de cada sujeto obligado. Este es el caso de los impuestos directos como los que gravan la renta personal.

Como empezamos a apreciar, no solamente los cambios en el ingreso nacional, sino también los cambios en la distribución del ingreso serán relevantes para acertar con el pronóstico de los futuros recursos públicos que se recaudarán.

Por otra parte, sumando complejidad al análisis, debemos tener en cuenta que algunos impuestos se aplican a las existencias, no a los flujos. Es el caso del Impuesto sobre los Bienes Personales que grava el patrimonio de las personas humanas al 31 de diciembre de cada año.

Como el PIB es un flujo, la evolución de tales impuestos patrimoniales basados en los stocks está en gran medida desconectada de la evolución del PIB, al menos en el corto plazo.

Y aun cuando analicemos impuestos que gravan flujos, algunos son más volátiles que el PIB, como pueden ser el Impuesto a las Ganancias de las personas jurídicas.

Ante ciertas circunstancias como una devaluación o ante el impacto del ajuste por inflación impositivo los ingresos del impuesto sobre la renta de las empresas pueden disminuir mucho más que el PIB.

El tercer factor que puede explicar las divergencias entre el PIB y los ingresos públicos son los cambios en los mecanismos de recaudación impositiva.

En este punto cobra gran importancia la efectividad de la Administración Tributaria y su gestión del cumplimiento de las obligaciones.

Sin embargo, debemos analizar también al estudiar la mejora en la eficiencia fiscal si un aumento en los pagos de impuestos de los agentes económicos puede, a su vez, generar cambios en el comportamiento  de los contribuyentes que los alienten a ahorrar en lugar de invertir o consumir, incidiendo en la evolución del PIB.

Esto, de por sí, no es determinante porque si el gobierno gasta estos ingresos adicionales en un proyecto de infraestructura pública de gran utilidad, podría impulsar el PIB.

A esta altura queda claro que la fiscalidad es una palanca clave de política económica y social.

De hecho, otro factor a analizar es el gasto tributario compuesto por las exenciones impositivas y los tratamientos diferenciales. Otorgar desgravaciones fiscales cuando la economía se tambalea puede hacerse con el objetivo de respaldar la actividad económica en el corto plazo.

También la fiscalidad incide en otros comportamientos, como la reducción de la huella de carbono por medio de los gravámenes al dióxido de carbono que tributan los combustibles fósiles. O, en sentido contrario, las desgravaciones que incentivan a los agentes económicos a cambiar sus patrones de consumo hacia fuentes de energía más limpias como la eólica o solar.

De hecho, es el origen de los impuestos internos a ciertos consumos poco saludables como los impuestos sobre el tabaco y el alcohol, cuyo objetivo es incentivar a los consumidores para que reduzcan el consumo de dichos productos.

Pero no todo es tan simple, a veces, los efectos de comportamiento también pueden ocurrir por factores ajenos a la política fiscal como los conflictos internacionales o las sequías e inundaciones originadas en el cambio climático.

Por ejemplo, en un país importador de energía, el aumento de los precios del petróleo incidirá sobre la balanza comercial y tendrá un traslado a los precios de los bienes de consumo interno. No hace falta explicar que esto tiene un impacto en la inflación, lo cual afectará los ingresos por IVA.

Ese aumento de precios, ¿generará una mayor recaudación del IVA?

Son muchos los factores a considerar porque los hogares pueden decidir reducir su consumo, lo que tendrá un impacto negativo en los ingresos por IVA. Por otra parte, la imposición transitoria de acuerdos de precios a las empresas puede incidir en una potencial reducción de sus márgenes (en cuyo caso, el impuesto sobre las Ganancias de las personas jurídicas podría generar menos ingresos).

En resumen, comprender la relación mutua entre el entorno macroeconómico y los ingresos fiscales es uno de los desafíos clave que enfrentan los pronosticadores. Tal desafío requiere el uso de técnicas de pronóstico adecuadas.

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