Métodos de contabilidad gubernamental: ¿percibido o devengado?

Métodos de contabilidad gubernamental: ¿percibido o devengado?

De acuerdo con las prácticas modernas de contabilidad y presentación de informes fiscales, los gobiernos utilizan dos bases de registro diferentes:

Con base en lo devengado.

Base caja (ingresos efectivamente percibidos).

No es cuestión de optar irrevocablemente por una base contable o por la otra. Ambas se utilizan ampliamente porque sirven para diferentes propósitos.


Base devengada 

Bajo el criterio que considera como base lo devengado, las transacciones se registran en el momento en que se crea la obligación de pagar o recaudar los ingresos públicos, independientemente de cuándo se produzca la transferencia de efectivo.

Por ejemplo, la obligación se registra cuando se configura el hecho imponible, tanto sea por la firma de un contrato o cuando se produce una operación gravada por ley. 

El criterio de "base devengada" registra la obligación tributaria cuando queda firme la exigencia de pagar con independencia del momento en que se produzca el efectivo movimiento de los fondos. Este criterio suele ser utilizado, por ejemplo, por las áreas de seguimiento del presupuesto.

La base de devengado permite gestionar una mirada estratégica y de largo plazo sobre la efectividad de la política fiscal y su sostenibilidad. 


Base de caja 

Por su parte, bajo el criterio de lo percibido, también llamado "base caja", las transacciones se registran en el momento en que se transfieren efectivamente los fondos.

Por ejemplo, cuando se paga una factura o cuando la agencia de recaudación tributaria recauda efectivamente los impuestos. 

La base de caja permite seguir de cerca las restricciones de liquidez.

Tanto la Administración Tributaria como el Ministerio de Economía en sus informes de seguimiento de ingresos y gastos suelen utilizar el criterio de "base caja", el cual registra la salida de fondos con independencia del ejercicio fiscal en el que se haya devengado la transacción.


Incidencia en el pronóstico de ingresos públicos

Aclarada la aplicación de ambos criterios, es necesario precisar que los presupuestos anuales se preparan en gran medida sobre la base de caja. Esto tiene implicaciones importantes para el trabajo del pronosticador de ingresos. 

Dado que puede transcurrir una cantidad significativa de tiempo entre el momento en que se registra una transacción en base devengado y el momento en que se produce la transferencia de efectiva de fondos, es importante para fines de manipulación de datos comprender cómo se han registrado los datos históricos y cómo proceder sobre la transformación de estimaciones basadas en devengado en estimaciones basadas en fondos efectivamente percibidos.

Hechas estas aclaraciones, queda en evidencia que el monto de los ingresos fiscales efectivamente recaudados durante el transcurso del año presupuestario (medidos en base caja) no van a ser iguales al monto de los ingresos fiscales generados por todas las actividades económicas realizadas durante el año fiscal (medidos en base devengado). 

De manera similar, las obligaciones tributarias que aparecen en un año determinado se registrarían en ese año en particular de acuerdo con la base de lo devengado, mientras que su impacto en la base de caja podría ser gradual y durante varios años posteriores. 

Como va quedando claro, al realizar pronósticos basados en indicadores macroeconómicos, el resultado de las previsiones será consistente con la contabilidad por devengado. 

Sin embargo, la base de caja sigue siendo importante desde una perspectiva presupuestaria. Para medir la brecha entre la previsión de devengamiento y la previsión de ingresos a percibir utilizada con fines presupuestarios, los pronosticadores deben:

  • considerar cuidadosamente la definición y el alcance de los indicadores económicos y fiscales y los supuestos en los que se basan y 
  • tener un conocimiento profundo de los mecanismos de pago de impuestos y de las normas y reglamentos relativos a la aplicación de deducciones y créditos fiscales.

Para cerrar les proponemos un ejemplo concreto. 

Supongamos que el Ministerio de Economía quiere pronosticar los ingresos del impuesto al valor agregado (IVA).

Al aplicar el criterio de base devengado, los ingresos por IVA deben registrarse cuando se realiza una transacción gravada, por ejemplo, cuando un consumidor final realiza una compra en un establecimiento.

En cambio, por aplicación del criterio de base caja, los ingresos por IVA se registran cuando se recaudan efectivamente. Por ejemplo, cuando el contribuyente ingresa efectivamente el saldo a pagar de la obligación tributaria determinada mediante transferencia electrónica de fondos a la administración tributaria (este ingreso será del 18 al 22 del mes siguiente).

Por ello, sucederá indefectiblemente que la recaudación del IVA asociada a una compra realizada en el último mes del ejercicio fiscal se recaude efectivamente en el ejercicio fiscal siguiente. 

En ese sentido, una previsión del IVA basada en indicadores macroeconómicos como el consumo de los hogares se acerca más a la lógica del devengado. El pronosticador tendrá que evaluar cuidadosamente el impacto de la demora en el pago para calcular el pronóstico del presupuesto para el IVA en base caja.

Cualquier medida de alivio que posponga extraordinariamente la fecha de pago de las obligaciones tributarias incidirá, por lo tanto, en las previsiones realizadas. Lo mismo, el establecimiento de pagos a cuenta que adelanten el ingreso de fondos antes del vencimiento general de la obligación.

Te invito a profundizar estas ideas en la Serie "Administración Tributaria del Siglo XXI":

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