Equilibrio Fiscal y Malabarismo con Platillos

Equilibrio Fiscal y Malabarismo con Platillos

Como podemos apreciar, en un marco de restricciones con un contexto de cambios exponenciales, el esfuerzo por mantener el equilibrio fiscal se parece más a un malabarista que intenta mantener múltiples platillos en el aire sin que se caiga ninguno.

Aun cuando el país se apegue a su gasto esperado, si no logra anticipar en sus pronósticos de ingresos el impacto de un potencial recorte de impuestos, el inestable castillo de naipes puede desmoronarse. Pero también, si no logra anticipar el efecto negativo sobre los ingresos de una desaceleración de la economía, una inundación o una sequía puede ver complicados sus compromisos de saneamiento de las cuentas públicas.

Si los ingresos reales resultan más bajos de lo que se necesitaba para alcanzar la reducción del déficit comprometido, el desequilibrio de las cuentas fiscales en realidad aumentará durante el período.

Esto significa que, intentar alcanzar el objetivo de déficit cuando la recaudación de impuestos no resulta suficiente, puede conducir a un aumento de la deuda potencialmente peligroso o a una espiral inflacionaria alimentada por la emisión de moneda.

La incapacidad de producir un pronóstico de ingresos preciso que tenga en cuenta toda la información, sumado a la pretensión de alcanzar un objetivo de déficit que sea poco realista, sin ningún cambio de política, cuando el nivel de gasto es demasiado elevado es un cóctel explosivo difícil de gestionar.

Muchas veces, en situaciones similares, cuando los ingresos tributarios son más bajos de lo esperado, los países generalmente intentan apegarse a los objetivos de déficit tanto como sea posible y, para ello, recurren al recorte o contención del gasto. 

Esto significa abandonar las partidas de gastos que han sido presupuestadas y autorizadas por el parlamento. Sin embargo, como hemos visto en los Cuadros previos un 71,6% de ese gasto está compuesto por servicios sociales cuyo recorte genera resistencias y descontento social.

En estas circunstancias, elegir qué cortar suele ser un proceso doloroso, especialmente cuando las necesidades sociales y económicas son relevantes y las deudas con la ciudadanía en materia de asegurar el bienestar general y una vida digna son significativas.

Esta espiral conduce a la pérdida de confianza en el gobierno y erosiona la cohesión social (GONZÁLEZ CAO, Recursos de la Seguridad Social y Administración Tributaria, su contribución conjunta a la cohesión social, 2021).

En general, producir pronósticos de ingresos sólidos y confiables minimiza la necesidad de revisar el presupuesto. Las previsiones de ingresos fiables pueden contribuir a cerrar la brecha entre lo presupuestado y lo que realmente se gasta.

Otra consecuencia de las sorpresas en los ingresos durante la ejecución del presupuesto es que la gestión de caja y deuda no será óptima. 

Cuando los ingresos solamente pueden cubrir una parte de las necesidades de gasto público, los gobiernos tienen déficits presupuestarios. Estos déficits necesitan ser financiados por otros medios. Por ejemplo, se puede pedir prestado mediante la emisión de bonos.

Si la recaudación de ingresos es mucho mayor de lo esperado, es posible que el país pida prestado más de lo necesario a los mercados financieros o a organismos multilaterales de crédito. Y esto tiene un precio, ya que se deberán luego abonar servicios de deuda y costos de interés innecesarios.

Por el contrario, si la recaudación de ingresos es inferior a la prevista surgirán necesidades de financiación adicionales. Sin embargo, los mercados pueden tomar esta escasez de ingresos como una señal de que el gobierno no podrá pagar todas sus facturas a tiempo, lo que generará más dificultades para obtener financiamiento del mercado o mayores tasas (aumento del llamado “riesgo país”).

Este círculo vicioso podría, eventualmente, conducir a una escasez de fondos que genere retrasos en el pago de las facturas a proveedores o, incluso, demoras en abonar los salarios del personal de la Administración pública.

En síntesis, sin tener una buena idea de sus ingresos futuros, un gobierno no puede planificar adecuadamente sus gastos y administrar sus finanzas. Por lo tanto, predecir con cierto grado de certeza la trayectoria del desempeño de los ingresos a mediano plazo le permitirá al gobierno saber si se necesitan medidas adicionales para aumentar los ingresos a fin de cumplir con las metas de déficit asumidas. En otras palabras, es esencial desarrollar pronósticos de ingresos creíbles basados en técnicas y metodologías confiables en primer lugar y, en segundo lugar, un marco institucional sólido.

Te invito a profundizar estas ideas en la Serie "Administración Tributaria del Siglo XXI":

  • + GONZÁLEZ CAO, Rodrigo Luis (2023d). “Mejores impuestos para mejores tiempos: el buen impuesto”. Centro de Estudios en Administración Tributaria – CEAT. Universidad de Buenos Aires. Recuperado desde: https://www.economicas.uba.ar/wp-content/uploads/2023/07/el-buen-impuesto.pdf
  • + GONZÁLEZ CAO, Rodrigo Luis (2023e). “Nociones básicas de desempeño fiscal”. Centro de Estudios en Administración Tributaria – CEAT. Universidad de Buenos Aires. Recuperado desde: https://www.economicas.uba.ar/wp-content/uploads/2023/08/Nociones-basicas-de-desepeño-fiscal.pdf

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