La Evaluación de Arriba hacia Abajo

La Evaluación de Arriba hacia Abajo

Como señalamos previamente existen diferentes modelos y dispositivos para implementar la evaluación de desempeño, tanto personal como colectiva, en una organización compleja. A continuación, desarrollaremos con más extensión las llamadas evaluaciones de arriba hacia abajo.


La Evaluación por las Jefaturas

Las jefaturas, al liderar equipos de trabajo, tienen una gran responsabilidad respecto del desempeño de las personas que trabajan con ellas.

Sin perjuicio de los hitos anuales de medición de rendimiento que establezca cada organización, las jefaturas de línea tienen un contacto directo e inmediato con el desempeño de su personal.

Una gestión adecuada del desempeño en este ámbito se basa en el diálogo continuo, en la periódica comunicación de las metas y prioridades y en una constante evaluación de los resultados.

Sin embargo, muchas veces las jefaturas de línea no poseen conocimientos especializados para proyectar, mantener y desarrollar un plan sistemático de evaluación del personal.

Por tal motivo, el área de gestión de personas debe incluir en los planes de fortalecimiento de jefaturas las herramientas y habilidades necesarias para gestionar adecuadamente la medición y seguimiento del rendimiento de los integrantes de los equipos de trabajo.

 

La Evaluación Conjunta de la Jefatura y la Persona Dependiente

Algunas organizaciones entienden que la medición del rendimiento es una responsabilidad compartida entre las jefaturas y su equipo de trabajo, razón por la cual fomentan espacios conjuntos de evaluación del desempeño.

En estos dispositivos las jefaturas guían y orientan un proceso de retroalimentación del desempeño, estableciendo instancias personales entre jefatura y cada colaborador, a la vez que impulsan espacios colectivos donde se mide el rendimiento del equipo de trabajo.


La Evaluación por un Comité

Al momento de evaluar el desempeño colectivo y el aporte de las personas a la institución encontramos en algunos diseños organizacionales la conformación de un “comité evaluador”.

Esta evaluación colectiva suele ser gestionada por una comisión compuesta por miembros permanentes y otros rotativos que participan según la ocasión (generalmente por área temática o macroproceso).

Entre los miembros permanentes solemos encontrar a ciertas autoridades superiores de la organización, al responsable principal del macroproceso de gestión de personas y capital humano y a la jefatura del área especialista en evaluación del desempeño.

Por su parte, los miembros rotativos suelen ser los responsables de cada área de negocio o de cada macroproceso de la organización.

Para que el comité evaluador cumpla una función alineada estratégicamente con los planes institucionales es muy importante que constantemente recuerde que su mirada debe ponerse en la mejora continua del desempeño por sobre la catarsis respecto de los conflictos heredados de gestiones previas.

En tal sentido, se alienta a evaluar el desempeño "fuera de la caja", siendo las “paredes” de la caja los condicionamientos propios de toda gestión reactiva que no planifica estratégicamente:

  • Culpabilizar, viendo toda situación como una herencia de un tercero ajeno a nosotros que es culpable de todos los males de la organización.
  • Problematizar y hacer catarsis, viendo toda situación negativamente como un problema y no como una oportunidad para mejorar.
  • Ponerse a la defensiva, levantando la guardia y acotando la comprensión de la situación a una justificación de lo sucedido en lugar de buscar entender qué puede hacerse distinto.
  • Repetir las recetas conocidas esperando obtener resultados diferentes, aferrándose a la tradición de cómo se hicieron siempre las cosas y negándose a conocer puntos de vista distintos.

Te invito a profundizar estas ideas en la Serie "Administración Tributaria del Siglo XXI":

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