Autonomía y discrecionalidad en la gestión de personas

Autonomía y discrecionalidad en la gestión de personas

En una administración tributaria la autonomía para gestionar el capital humano tiene relación directa con la normativa sobre autarquía y autonomía normativa con que cuenta cada organización.

En algunas administraciones tributarias la normativa le otorga potestades para decidir sobre cuestiones de recursos humanos.

En otras, en cambio, las decisiones sobre el personal se encuentran centralizadas a nivel ministerial o en un ente especializado en la temática.

Al referirnos específicamente a la gestión de personas, la autonomía es el grado de discreción para decidir sobre asuntos de recursos humanos, incluidos el número de empleados, los requisitos de habilidades, los criterios de contratación, la promoción del personal existente, el despliegue, la capacitación y el desarrollo del personal, la remuneración, las sanciones disciplinarias, el despido y la jubilación.

Por su rol estratégico a nivel gubernamental, la mayoría de las administraciones tributarias tienen un grado significativo de autonomía en asuntos de recursos humanos. 

Sin embargo, el grado de autonomía varía entre jurisdicciones. 

Si miramos más allá de nuestras fronteras, la Encuesta Internacional sobre Administración Tributaria (ISORA) proporciona más detalles sobre la autonomía de los recursos humanos de las administraciones tributarias en economías de mercado emergentes y avanzadas.

Aclarado el contexto, es importante profundizar en los beneficios y limitaciones de la autonomía.

Te invito a profundizar estas ideas en la Serie "Administración Tributaria del Siglo XXI":

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