En nuestra moderna vida líquida el tiempo es la moneda más valiosa

  Hoy en día, vivimos una vida líquida inmersa en la vorágine acelerada de la modernidad líquida (BAUMAN, 2000), en ella el tiempo es la moneda más valiosa. Por eso, como dijo el ex presidente uruguayo las cosas no se compran realmente con dinero sino con el tiempo que a uno le demanda reunir esa riqueza  (MUJICA, 2016). 

En el pasado se limitó el número máximo de horas de trabajo a medida que los avances tecnológicos aumentaron la productividad. 

Hoy, en el tránsito hacia la nueva normalidad del trabajo, las tecnologías de trabajo remoto y los cambios en la organización del trabajo permiten que se trabaje en cualquier lugar, en cualquier momento y, en consecuencia, se difumina la línea entre las horas de trabajo y la vida personal y, si no se regula adecuadamente, todo esto puede derivar en una ampliación de las horas de trabajo.

El trabajar horas excesivas deja poco tiempo libre. Hoy muchos trabajadores luchan para conciliar la vida profesional con las responsabilidades de prestación de cuidados porque tienen que cumplir con largas jornadas de trabajo dado que su familia es pobre o porque correrían el riesgo de caer en la pobreza si redujeran sus horas de trabajo. 

En este contexto, los trabajadores, tanto hombres como mujeres, no pueden organizar sus horarios con arreglo a sus responsabilidades domésticas. Frente a esta tendencia, la legislación debe encontrar nuevos límites máximos de las horas de trabajo, por ejemplo, estableciendo el derecho a la desconexión digital del trabajador.

Otro grupo es el de los trabajadores esporádicos de la economía de plataformas virtuales que trabajan “por llamada”. No podemos seguir mirando para otro lado frente a la precarización laboral de este universo, es necesario adoptar medidas de reglamentación apropiadas que establezcan un número mínimo de horas garantizadas y previsibles, así como una remuneración por tiempo de espera para compensar los periodos en los que los trabajadores están latentes, “de guardia” o en “stand by” en esta lógica de los pequeños mandados (gig economy).

Establecer límites a jornadas de trabajo extenuantes reduce los accidentes de trabajo y los riesgos psicosociales asociados a dichas jornadas. Relacionado con la siniestralidad está el asegurar un piso mínimo de salud y seguridad laboral para todos los trabajadores, cualquiera sea el sector o la modalidad de contratación. Ese piso luego puede mejorarse a través de convenios colectivos sectoriales y de sistemas contributivos para los asalariados convencionados.

Saludos, Rodrigo

Si te interesa leer más sobre el tema, te invito a visitar:

Puedes leer las notas previas en: https://trabajodecenteinclusionsocial.blogspot.com/

Comentarios