Los centros de formación profesional y el derecho al aprendizaje permanente

Previamente desarrollamos el concepto de la segmentación derivada de la tecnología empleada en cada establecimiento (PIORE y DOERINGER, 1971). 
La referida segmentación pone en evidencia el requisito de calificaciones específicas en los trabajadores de determinados rubros, necesidad que se acrecienta en la búsqueda de recursos humanos formados profesionalmente para ciertas “habilidades duras” propias de ciertos empresas del mismo sector económico.
Resulto ocioso explicar que, dada la importancia que reviste la formación continua en el lugar de trabajo, los empleadores deben contribuir a su financiación, alentados por estímulos estatales como bonos de crédito fiscal que incentiven a las empresas a aumentar su inversión en formación.
Los centros de formación profesional patrocinados por las cámaras empresariales y asociaciones sindicales juegan un rol central en este ecosistema, siendo los formuladores de sus futuras necesidades en materia de competencias, así como articuladores en la concreción de su logro. 
Pero este trípode estará rengo si el Estado (nacional y de cada provincia) se desentiende y no impulsa mecanismos adecuados de financiación adaptados a los contextos sectoriales. Y esta tarea debe ser asumida en forma tripartita por las cámaras empresariales, las asociaciones sindicales y el Estado, cuidando a los trabajadores y no solamente la estadística de cantidad de puestos de trabajo.
Los invito a expresar sus opiniones en los comentarios.
Saludos a todos, Rodrigo

Si te interesa leer más sobre el tema, te invito a visitar:
Puedes leer las notas previas en: https://trabajodecenteinclusionsocial.blogspot.com/

Comentarios