Atender los riesgos de salud tiene impacto sobre el trabajo decente porque reduce los gastos de los trabajadores

Argentina ocupa el puesto 55 en el listado de los 192 países de los que se publica la esperanza de vida, ésto quiere decir que sus habitantes tienen una esperanza media-alta, en lo que respecta al resto de los países (EXPANSION - DATOSMACRO, 2017). 
La esperanza de vida al nacer es una de las variables que inciden sobre el bono demográfico. En el caso de Argentina dicha variable es alta y tiende a continuar su crecimiento hacia 2040 (INDEC, 2013).
Pero el año 2040 queda a la vuelta de la esquina y, sin prisa pero sin pausa a la Argentina se le está agotando el llamado bono demográfico de la etapa intermedia, es decir los beneficios de que la población económicamente activa sea mayor que la dependiente (niños, niñas, adolescentes y adultos mayores) y en consecuencia, el potencial productivo de la economía sea superior. Mientras la población total del país aumentó 17% entre 2001 y 2015, el grupo de 0 a 4 años creció apenas 5%.
La Organización Mundial de la Salud identifica veinticuatro riesgos sanitarios que son responsables de casi la mitad de las muertes y, en consecuencia, influyen sobre la esperanza de vida. 
Esos factores de riesgo van desde riesgos ambientales como la exposición al humo provocado por combustibles sólidos en interiores, la contaminación con agroquímicos en zonas semirurales cercanas a campos de cultivo, hasta riesgos fisiológicos como la hipertensión arterial. 
El informe muestra que cinco factores de riesgo son responsables del 25% de las muertes (desnutrición infantil, agua insalubre y falta de saneamiento, prácticas sexuales de riesgo, consumo de alcohol e hipertensión arterial), y de la quinta parte de los años de vida ajustados en función de la discapacidad (OMS, 2009). 
Aunque algunos de estos factores de riesgo principales (por ejemplo, el consumo de tabaco o el sobrepeso y la obesidad) antes se asociaban a países de altos ingresos, hoy, el 75% de enfermedades que causan se produce en países de ingresos bajos y medianos. 
Los riesgos para la salud también están en transición, a medida que los patrones de consumo cambian notablemente y las poblaciones contienen mayores proporciones de personas mayores, como resultado de los éxitos contra las enfermedades infecciosas y la disminución de los niveles de fertilidad.
Reducir los riesgos de salud también tiene un gran impacto sobre el trabajo decente, porque dominar la carga de la enfermedad en los trabajadores de menores ingresos, muchos de ellos sin cobertura por ser empleos informales, reducirá sus gastos y aumentará sus niveles de ingresos, lo que, a su vez, ayudará a reducir las desigualdades. 
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Saludos a todos, Rodrigo

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