Aprovechar el bono demográfico para acompañar a las personas en superar la crisis económica y social postpandémica

Sin ser muy estrictos y solamente con un fin ilustrativo podemos decir que toda sociedad transita por tres etapas en lo que refiere a su demografía:

  • sociedades “juveniles” donde las altas tasas de nacimientos vivos y la alta fecundidad generan dependencia del extremo inferior de la pirámide poblacional (los niños, niñas y adolescentes que no trabajan);
  • sociedades “maduras” en las cuales disminuye la fecundidad, aún es baja la proporción de adultos mayores con respecto a la población económicamente activa y, en consecuencia las tasas de dependencia se mantienen bajas. Esta es la ventana de oportunidad demográfica, el llamado “bono demográfico” que hoy aún puede aprovechar la República Argentina y;
  • sociedades “avejentadas” en las cuales aumentó significativamente la tasa de dependencia, al estancarse la fecundidad y aumentar la proporción de adultos mayores por la mayor esperanza de vida y longevidad.

Según el informe “Salud en las Américas” de la Organización Panamericana de la Salud entre 1990 y el 2015 la población argentina creció alrededor de 32,7% alcanzando cerca de 42,7 millones de habitantes en el 2014. La esperanza de vida al nacer en el 2015 era de 76,6 años, siendo de 80,4 en mujeres y 72,8 en hombres. La estructura de su población ha envejecido y ha adquirido una tendencia estacionaria, siendo edad promedio de casi 31 años (OPS, 2017).

Como señala el informe, la esperanza de vida al nacer en Argentina trae una larga tendencia creciente en los últimos 70 años. El país cuenta con una rica historia de políticas sociales, grandes capacidades y talentos humanos; instituciones sólidas y un nivel de gasto en salud superior a la media de la región. Sin embargo, a pesar de sus importantes fortalezas, el país tiene obstáculos que superar porque su sistema de salud quizás sea de los más segmentados y fragmentados de las Américas. Esta situación exige esfuerzos enormes para la gobernanza del sector, y para un ejercicio de la rectoría que alinee a actores muy diversos para trabajar en objetivos sanitarios comunes (OPS, 2017).

Si bien las tablas de mortalidad muestran que la esperanza de vida al nacer aumentó en Argentina, las variaciones relativas más importantes se observaron, principalmente, en las jurisdicciones que presentaban las más bajas esperanzas de vida al nacer. Por su parte, los años de vida que en promedio se agregaron a la población argentina no dieron por resultado situaciones de salud homólogas en todo el territorio nacional, sino que surgen diferencias regionales importantes entre centro-litoral y norte en cada uno de los extremos (MSAL, 2017). Otro dato relacionado es que el rango de mortalidad materna oscila entre 8,1 (Salta) y 1,9 (CABA, Santa Fe y La Pampa), lo que revela profundas desigualdades entre las distintas provincias, aunque las causas de muerte no varían. Como mencionamos previamente con otros indicadores, en la República Argentina la distribución de la población por edad tampoco es pareja en todo el territorio.

Notamos que la transición demográfica relacionada con el creciente envejecimiento de la población transita un proceso mucho más lento que en muchos países de América Latina, en parte porque ya tiene una población envejecida, y en los próximos 30 o 40 años, si bien el proceso continuará, se espera que lo haga a un ritmo relativamente lánguido (INDEC, 2013).

En América del Sur por caminos similares a la distribución poblacional argentina transcurren Bolivia, Ecuador, Paraguay y Venezuela. En cambio Brasil, Colombia, Chile y Perú ya presentan una composición de la pirámide que empieza a diferenciarse, tanto en su base (los menores de 14 años) como en su cúspide (adultos mayores). Mientras que, en una etapa intermedia entre ambos grupos, se encuentra Uruguay, aunque acercándose a éstos últimos en el promedio.

El actual envejecimiento de la población y la mayor esperanza de vida someten a una mayor presión a los subsistemas de seguridad social y de salud. En la clasificación previa Argentina transita una etapa intermedia y en estos momentos en los cuales se analizan las medidas para superar la crisis económica y social que sobrevendrá a la pandemia cobra vital importancia el aprovechar el llamado “bono demográfico”.

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Saludos a todos, Rodrigo


Si te interesa leer más sobre el tema, te invito a visitar:
  • GONZÁLEZ CAO, Rodrigo Luis (2019). “El futuro del trabajo en la economía del conocimiento”. Instituto de Estudios de las Finanzas Públicas Americanas IEFPA. XXVIII Encuentro Internacional de Administradores Fiscales, Noviembre de 2019, San Rafael, Provincia de Mendoza. Recuperado desde:
  • GONZÁLEZ CAO, Rodrigo Luis (2018a). “Los trabajadores de plataforma y la evolución de las relaciones laborales”. Presentación en VIII Congreso Nacional de Entes Recaudadores. Centro de Estudios en Administración Tributaria – CEAT. Universidad de Buenos Aires. Recuperado desde:
  • GONZÁLEZ CAO, Rodrigo Luis (2018b). “La futura recaudación y fiscalización de las cotizaciones a la seguridad social ante los cambios de la economía digital”. Centro Interamericano de Administraciones Tributarias. Revista N° 44 CIAT (Octubre/2018, en español). Recuperado desde:
  • GONZÁLEZ CAO, Rodrigo Luis (2018c). Informe final. Instituto de Estudios de las Finanzas Públicas Americanas IEFPA. XXVII Encuentro Internacional de Administradores Fiscales. Recuperado desde:
  • GONZÁLEZ CAO, Rodrigo Luis (2018d). “Fortalecimiento de las Capacidades de Gestión de Riesgo de los Recursos de la Seguridad Social”. Instituto de Estudios de las Finanzas Públicas Americanas IEFPA. XXVII Encuentro Internacional de Administradores Fiscales, Noviembre de 2018, Villa Carlos Paz, Provincia de Córdoba. Recuperado desde:
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